En cuanto al paseo realizado, primero dimos una vuelta en un tranvia del año 1907, que fue el primero en ofrecer plataformas cerradas de proteccion al personal. El conductor, que se caracterizaba por apretar fuertemente las manos en forma de saludo, nos conto que alli la gente suele concretar su matrimonio y el momento central es cuando frenan el tranvia como forma de significar el cambio de vida. Una propuesta original para aquellos proximos a dar ese paso... El personal intenta transportar al viajero atras en el tiempo, con sus vestimentas tipicas e incluso entregando un boleto a cada pasajero. En el reverso de estos ultimos se puede leer alguna frase, del tipo¨ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca¨.
De alli, nos dirigimos hacia Parque Centenario para conocer el Museo de Cs. Naturales. A lo largo de su larga vida el Museo se alojó sucesivamente en las celdas altas del Convento de Santo Domingo, en la Manzana de las Luces y algunos edificios de la plazoleta Monserrat, hasta instalarse definitivamente en 1937, en el edificio que hoy ocupa, construido de acuerdo a los cánones arquitectónicos vigentes en la época para los museos de ciencias europeos. Es uno de los mas importantes en Latinoamerica, de dos pisos con distintas salas donde se puede ver desde una exposicion de ranas en formol, pasando por una sala de anatomia comparada, a un bar tematico y a una sala de historia argentina. Luego de recorrer sus distintas vitrinas, teniendo tiempo solo para un pantallazo general, entramos al parque para tomar unos mates con vista a los patos que se posaban sobre las luces ubicadas en el agua. Algunos mas memoriosos e infantiles jugaron a la rayuela, aunque siendo sinceros, con severas dificultades en el manejo de la piedra. Todo esto fue nuestro decimo paseo. Esperamos les haya gustado, y nos vemos para el festejo!!!